Cuando llegué a Madrid con mi marido, mexicano también, pensé que sería muy fácil seguir trabajando el chocolate como lo hacía en México, pero fue así. Trabajé como chef repostera para varios restaurantes y mientras tanto trataba de seguir en el mundo del chocolate de alguna manera. Cuando salía a conectar con la gente para buscar oportunidades, descubrí que cuando decía que era mexicana, me encontraba siempre con una sonrisa, con que México gusta, porque siempre se mostraban interesados por su gastronomía, tradiciones y cultura en general.

Empecé mi negocio formalmente en 2019 cuando mi primer hijo tenía un año y hoy ya tengo una hija pequeña también. Mi mayor reto fue crear un espacio en el que pudiera conciliar mi vida personal y hacer lo que me gusta: descubrir y compartir los múltiples sabores del chocolate.

Hoy estoy en proceso de hacer crecer ese negocio y seguir llevando a México en mi marca. Quiero ser embajadora del cacao mexicano y apoyar desde España a los productores de cacao en México, seguir creando lazos para el crecimiento económico en ambos sentidos y darle una mayor visibilidad en Europa. Enseñar a personas que quieran aprender a trabajar con el chocolate y acercar a los amantes de México un poquito de sus sabores y tradiciones a través del cacao.