Ana Espinosa

Maestra en mediación y coach.

Ligeros de equipaje, mi esposo y nuestros tres hijos llegamos a Madrid el 29 de agosto de 2018. Dos meses después logramos estar completamente instalados, pero nuestra paz se diluyó cuando Paco, mi marido, sufrió un infarto y murió. La pérdida fue desgarradora y muy difícil de sobrellevar estando lejos de la familia y de los amigos cercanos.

En aquel momento tuve que decidir entre quedarnos en España o regresarnos a México. Elegí quedarnos y, dado que necesitaba permiso para trabajar como autónoma, presenté un proyecto de emprendimiento en enero del 2020. Con la pandemia, la resolución favorable tardó doce meses en llegar de 90 días. Cuando lo recibí, comencé a trabajar como Coach. Acompañé a mis clientes en sus procesos de transformación y al mismo tiempo impartí talleres y conferencias.

Simultáneamente, inicié el proceso para obtener la nacionalidad española.

Estudié un Máster en Mediación para ofrecer un servicio adicional y como catarsis, escribí mi libro “De amor y de Lágrimas.”

En noviembre del 2022 me otorgaron la nacionalidad. Se abrió la posibilidad de trabajar por cuenta ajena y tres meses después encontré un trabajo.

Ahora mis hijos están tranquilos. Verlos encaminados en sus estudios y que las puertas que se les van abriendo, es una gran satisfacción para mí. Llegar hasta este puerto tranquilo ha implicado mucho esfuerzo. Amamos profundamente a nuestro México: la gente, la gastronomía, la historia y los lugares hermosos que tenemos, sin embargo, hoy también amamos a España, este país en donde nos han acogido y abierto los brazos. Después de la gran pérdida que sufrimos, ¡la ilusión por vivir y disfrutar plenamente ha regresado!

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